20 de diciembre de 2008

S.O.S. -------- LOS CUENTOS SE MUEREN


Visitando blogs que me gustan, que tienen entradas interesantes, me encontré con esta imagen de Cenicienta en el hospital.
Me dejó marcada.

Se estaba muriendo.

Así que me puse a investigar qué la estaba pasando, quién la había visto en el hospital, por qué estaba allí.

Y encontré a Peter Pan allí también.

Ese adulto que siempre sería niño. De viejo. Perdida su niñez. Perdidas sus emociones.

¿Qué está pasando? ¿Ya no se cuentan cuentos? ¿Ya no pensamos en princesitas rosas y príncipes azules? ¿Nos hemos hecho mayores de verdad?


Pues NO quiero. Quiero seguir siendo dulce, mimosa, infantil, sonriente, ilusa, esperanzada, "egoísta", imaginativa, creativa, sonriente, confiada, asustada, tierna, traviesa, viva....









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6 de diciembre de 2008

ME DUELE EN EL ALMA.....


He perdido mi libro "La oreja verde de la escuela" de Carmen Díez Navarro, en una parada de autobús en San Agustín del Guadalix, Madrid. O en el propio autobús. No lo recuerdo. Sobre las 14:00 horas del viernes 5 de diciembre de 2008. Si por favor alguien lo encuentra, que contacte conmigo.


Quizás debería mandar esto a todos los periódicos a ver si vuelve a mi. Quizás no debería mandarlo y aceptar mi destino. Quizás me lo merezca por no haberle prestado atención. Pero la verdad es que sí le prestaba atención, lo enseñaba a todo el mundo, lo cuidaba, me estaba partiendo de risa con él. Quizás para encontrar la explicación deba volver atrás...

Hace unos cuantos meses, estando en casa, Miguel me comentó que no tenía libro para llevarse en el autobús camino a su casa. Así que, decidí, a pesar de mis ideas, por ser quien es, prestarle un libro, y le propuse "Cell" de Stephen King. Adecuadísimo para todo aquel que odia los móviles (quien lo haya leído, entenderá mi chiste; si no lo has leído, espero haberte picado). Entonces, Miguel me recordó que ese ofrecimiento lo iba a pagar caro, que quizás no perdiera el libro de "Cell", pero que ya los había ofendido y a algún libro le saldrían patas yse iría. Como al final el libro quedó en mi casa, pues me olvidé del asunto.

Poco tiempo después, me entusiasmé con el libro "El niño con el pijama de rayas". Cuando lo leí no sabía de que iba y leerlo me encantó. Así que recomendé el libro a todo el mundo. Y se lo dejé a mi hermana. Volví a fallar a mis ideales, pero es que mi hermana vive conmigo ¿cómo iba a perder yo ese libro, dentro de mi propia casa? Pues durante un tiempo no lo encontraba por ninguna parte, así pensé que las patas le habían salido a ese libro y se había ido camino de la m30 a por un nuevo hogar. Ahí pensé que ésta era la consecuencia de querer prestar "Cell".

Pero... un día limpiando, lo encontré, no sé cómo llegó hasta allí, pero me sentí con suerte. Había burlado la maldición.

Ja, ja y ja.

El libro que más aprecio tenía ahora mismo, por diferentes motivos que no vienen al caso, lo he perdido.

Sólo puedo dejar una frase en su honor, escrita en el libro y que 20 minutos antes la había mandado por mensaje a una persona que sabía le iba a gustar "Si uno se queda quieto y muerto y le pasan miles de años, ¿se hace piedra-fósil?"

Lo he perdido. Quizás en una parada de autobús a 40 kilómetros de mi casa. Quizás en el propio autobús verde de la EMT. Quizás me lo merezca.

Aún así, me duele en el alma....