5 de junio de 2013

EL VALS LENTO DE LAS TORTUGAS, de Katherine Pancol

Ayer terminé de leerme este segundo libro. Me leí las últimas 100 páginas del tirón, no podía parar de leer. Mis ojos no se cerraban y el sueño parecía haber desaparecido. En el momento en que hubo un pequeño bajón y mi cerebro quiso irse a soñar, sucedió lo que nunca me imaginé que iba a suceder. Mi cerebro despertó por completo y no volvió a dormirse hasta que no acabé. Es más, creo que no ha dormido realmente en toda la noche... No he podido ni esperar a esta tarde para hacer esta entrada.
El libro sigue con los mismos protagonistas; Josephine y su vida autónoma, creyendo cada vez más en sí misma, o eso aparenta; Iris con sus fantasías buenas y malas; Phillippe rehaciendo su vida; Zoé descubriendo el amor; Hortense descubriendo la vida adulta; Sherly y su hijo toman importancia sobre todo al principio del libro. La vida de todos ellos sigue transcurriendo, aunque en escenarios diferentes. Todos han cambiado de residencia. 
Esta segunda parte no es la convencional. Si en la primera se narraba principalmente una novela de autoconfirmación y superación por parte de la protagonista, en esta segunda parte se narra cómo sigue evolucionando y aparecen retazos de una historia de terror. Empieza a haber asesinatos cercanos a Josephine, puedes dudar de casi todos los que la rodean. Al principio son esporádicos, te da tiempo a ir pensando, a ir imaginando diferentes sucesos que han encadenado esas muertes. Pero el final... El final lo dice todo, los hechos se suceden uno tras otro y según vas leyendo, los ojos se te abren como platos ante inesperadas situaciones e inesperados desenlaces.
Creo que es de las pocas segundas partes que me han gustado, porque han superado con creces el primer libro. 
Ya estoy con ansias por leerme el tercero...