En la calle Star 66 vive gente, como en todas las calles. Gente normal y corriente, con sus vidas, sus trabajos, sus amores, sus preocupaciones y sus miedos.
Katie es una mujer de 40 años enamorada de Conall. Un hombre también en la cuarentena que se dedica al trabajo como si en ello le fuera la vida, sin pararse a pensar en lo que deja a un lado.
Jemima es una señora mayor que vive sola, pero su hijo Fionn va a pasar unos meses viviendo con ella.
Jan y Andrei son dos polacos que comparten piso con Lydia, una taxista atrevida y enfadada con el mundo.
Matt y Maeve están casados. Parece que son felices.
Todos ellos comparten el mismo edificio, pero no hay ningún tipo de relación entre ellos, más que un saludo cuando se cruzan en las escaleras.
Pero al edificio viene un alma nueva a vivir. Los estudia, los vigila y nos cuenta poco a poco la historia de todos ellos. En 60 días, las cosas van a cambiar mucho.
Como siempre, Marian Keyes no me ha decepcionado. Me ha enganchado el libro desde el primer momento. Pero las últimas 200 páginas (vamos, casi desde la mitad) lo remata por completo, de tal manera que no he podido dejar de leer sin parar aunque me dieran las tantas de la noche. Y más aún cuando ha plantado un final con un humor negro y doloroso, que me ha gustado mucho. Traslada ese pensamiento que tenemos muchos en algunas ocasiones, pero que moralmente no desearíamos que pasara.
No es un libro para buscar un sentido a la vida, ni para hacerte reflexionar. Es, simplemente, un libro para hacerte vivir la historia de un edificio cualquiera, con problemas cualquiera y con soluciones normales y corrientes. Os lo recomiendo!
Katie es una mujer de 40 años enamorada de Conall. Un hombre también en la cuarentena que se dedica al trabajo como si en ello le fuera la vida, sin pararse a pensar en lo que deja a un lado.
Jemima es una señora mayor que vive sola, pero su hijo Fionn va a pasar unos meses viviendo con ella.
Jan y Andrei son dos polacos que comparten piso con Lydia, una taxista atrevida y enfadada con el mundo.
Matt y Maeve están casados. Parece que son felices.
Todos ellos comparten el mismo edificio, pero no hay ningún tipo de relación entre ellos, más que un saludo cuando se cruzan en las escaleras.
Pero al edificio viene un alma nueva a vivir. Los estudia, los vigila y nos cuenta poco a poco la historia de todos ellos. En 60 días, las cosas van a cambiar mucho.
Como siempre, Marian Keyes no me ha decepcionado. Me ha enganchado el libro desde el primer momento. Pero las últimas 200 páginas (vamos, casi desde la mitad) lo remata por completo, de tal manera que no he podido dejar de leer sin parar aunque me dieran las tantas de la noche. Y más aún cuando ha plantado un final con un humor negro y doloroso, que me ha gustado mucho. Traslada ese pensamiento que tenemos muchos en algunas ocasiones, pero que moralmente no desearíamos que pasara.
No es un libro para buscar un sentido a la vida, ni para hacerte reflexionar. Es, simplemente, un libro para hacerte vivir la historia de un edificio cualquiera, con problemas cualquiera y con soluciones normales y corrientes. Os lo recomiendo!