Mary Higgins Clark escribe novelas de intriga, normalmente con una mujer como protagonista.
La trama suele ser la misma siempre. La vida de la mujer es feliz, tranquila, hasta que se ve inmersa en un asesinato. Como consecuencia, investiga y corre ella misma peligro. Termina siempre comiendo perdices y viviendo felices. Ah! Y se casa con el que la salva.
Pero dentro de toda esta trama, siempre, siempre, consigue engancharme. Quizás es porque soy un poco macabra, no sé. O porque me gusta creer que a pesar de las cosas malas que te puedan pasar, al final comerás perdices. Porque el destino pone a cada cual en su lugar...
Cuando leí el argumento del libro ya me imaginé como iba a terminar. Sospeché del mal@ desde el principio. Incluso pensé "pero qué me pasa que últimamente no acierto con los libros...". Cometí un error que repito en muchos libros. Leerme el último párrafo. Confirmó un poco mi sospechas. Pero no, la trama empezó a enredarse más y más. No me cambió la idea de quien sería el asesin@, pero el razonamiento lógico (normalmente ilógico) que hice con el argumento, ya no me valía. Así que no me quedó más remedio que seguir leyendo hasta el final.
El final es rápido, en 10 páginas lo desvela todo. Si no te has ido fijando en pequeños detalles durante todo el libro, es posible que al final te pierdas un poco, así que, si te embarcas en esta lectura, lee todo con sumo detalle.
Y aunque te pase como a mi, sigue leyendo hasta el final, porque te sorprenderá!!
Si te gusta este tipo de libros, seguro que te gustará esta autora.