Paul Auster me ha vuelto a emocionar como siempre y como
nunca. Libro grande donde los haya, con una trama que de primeras parece
sencilla, pero con una exposición de los hechos cada vez más perfecta. No
defrauda.
David Zimmer es un profesor en Vermont y un gran escritor.
Vive con su mujer y sus dos hijos, hasta que éstos tres mueren en un accidente
de avión. Zimmer se sume en una profunda depresión, hasta que un día ve por la
televisión un cómico llamado Hector Mann que le hace reír. En ese momento
decide escribir un libro sobre él, sus películas, su vida y su desaparición
muchos años atrás. Todos le dan por muerto, pero el Gran Hector Mann, sigue
vivo y contacta con Zimmer a raíz de su libro. A partir de ahí, Auster consigue
desarrollar una trama envuelta en otra.
Al principio del libro, tuve ganas de dejarlo, ya que me
parecía demasiado denso. Pero sabía que un libro de Paul Auster nunca lo debes
dejar a medias, porque te sorprenderá seguro. Esa parte densa, que tanto cuesta
superar, la asocio a ese momento depresivo que pasa el protagonista. Es como si
consiguiera que a través de lo que él escribe, tú te sientas como se siente
Zimmer.
El título también dice mucho de lo que sucede. Mientras
Zimmer va contando su propia historia, cuenta a su vez otras historias,
consiguiendo el efecto del juego de las muñecas rusas en un libro de ilusiones.
Y de ilusiones y esperanzas también está lleno.
No sé si mis palabras son capaces de expresar lo que siento.
Pero para resumir, diré que creo que es el libro que más me ha gustado de Paul
Auster. ¡Alucinante!
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